Actividad Sacramental
1. Los sacramentos de la Iniciación Cristiana
Los tres sacramentos de la Iniciación Cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía, están estrechamente entrelazados y tienen como finalidad insertar a los nuevos cristianos en el misterio de Cristo, muerto y resucitado, e incorporarlos en su Iglesia.
Mediante los sacramentos de la Iniciación, se ponen los fundamentos de toda la vida cristiana. Los fieles, renacidos en el Bautismo, se fortalecen con la Confirmación y son alimentados con la Eucaristía. Por ellos reciben cada vez con más abundancia los tesoros de la vida divina y avanzan hacia la perfección de la caridad (cf. CCE 1212; CCCE 251).
La originalidad esencial de la Iniciación cristiana consiste en que Dios tiene la iniciativa y la primacía en la transformación interior de la persona y en su integración en la Iglesia. Es un don de Dios que recibe el hombre y la mujer por la mediación de la Iglesia, a quien corresponde actualizar en el tiempo la obra de la redención y de la participación de los hombres en la vida divina.
La Iniciación se lleva a cabo en un proceso divino y humano, trinitario y eclesial al mismo tiempo. Es decir, la celebración de los sacramentos de Iniciación está necesariamente unida a un itinerario catequético de aprendizaje de la fe y de la vida cristiana (cf. LIC 9-13; 17-19, 20-21).
La responsabilidad de la Iniciación cristiana, aunque pertenece a todo el cuerpo eclesial, está confiada y se lleva a cabo en cada Iglesia particular presidida por el Obispo, que provee los ministerios y modela todas las funciones en ordena la santificación, enseñanza y guía del Pueblo de Dios (cf. LIC 14-15).
2. Los sacramentos de curación
La vida nueva que nos fue dada por Cristo en los sacramentos de la Iniciación cristiana puede debilitarse y perderse para siempre a causa del pecado. Jesucristo, Médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo, quiso que su Iglesia continuase, con la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación. Esta es la finalidad de los dos sacramentos de curación: el Sacramento de la Penitencia y de la Unción de enfermos (cf. CCE 1420-1421; CCCE 295).
3. Los sacramentos al servicio de la comunidad
Existen, además, los Sacramentos al servicio de la comunión y de la misión de la Iglesia. Por ellos los cristianos se entregan al servicio de la Comunidad y trabajan por su crecimiento y su expansión: son el Sacramento del Orden y el Matrimonio.
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